lunes, 25 de julio de 2016

El salario mínimo debe eliminarse

  El mercado laboral español sufre de una rigidez tal, que no ha permitido reducir la tasa de paro de manera contundente.  Esta ridigez es producto de multiples factores relacionados con el intervencionismo gubernamental,  que ha creado un grupo de privilegiados - aquellos que han mantenido su empleo bajo cualquier condición- y un grupo de desfavorecidos - aquellos que aun teniendo talento no encuentran su oportunidad-. Uno de esos factores es la imposición de un salario mínimo.
   El salario mínimo es una cifra elegida de manera discrecional e infundada por el gobernante de turno, por el cual el empleador debe contratar nuevos trabajadores. Ahora se explicará porqué la introducción de un salario mínimo genera desempleo.


El salario mínimo es una rémora para disminuir el desempleo

  Vamos a suponer que el Estado introduce un salario mínimo y que dicho salario se situa por encima del salario de libre mercado.
   Como se muestra en el gráfico, si el salario mínimo interprofesional (SMI) está por encima del salario que se obtendría en un mercado laboral libre (P´), se produciría una distorsión entre la oferta (O) y la demanda (D) de empleo. Dando como resultado un aumento del desempleo.
   La explicación a esto es sencilla. Si el salario es artificialmente alto, una mayor cantidad de personas querrán ofrecer sus servicios como trabajadores y al mismo tiempo una menor cantidad de demandantes de éstos querrán contratar, pues los costes de realizar dicho acuerdo es muy alto. Esto crea una situación bastante negativa especialmente para aquellos trabajadores que quieren entrar al mercado laboral por primera vez y que es difícil que sean contratados porque carecen de experiencia. Cabe recordar que es normal que aquella persona que quiera acceder al mercado laboral por primera vez, tenga que aceptar un salario menor, fruto de la falta de esa experiencia. Es por ello que les resulta imposible acceder si las barreras de entrada son tan grandes, por muy talentosos que sean.
   Además, otra razón por la que imponer dicho salario es totalmente ineficiente como mejora de las condiciones laborales del trabajador, es que el salario de equilibrio en el mercado laboral no es estático, sino que sufre constantes cambios a los largo del tiempo. Así, un salario mínimo permanente no se adaptará a las constantes variaciones que sufra el mercado laboral.
  Por otro lado, vamos a suponer -aunque parezca absurdo- que el salario mínimo se situa por debajo del salario de equilibrio.




   Su efecto sería nulo, pues, el salario al que se realizan los contratos está por encima de ese salario mínimo, por lo tanto, su inclusión en el mercado laboral carece de sentido.
   Llegamos así a la conclusión de que introducir un salario mínimo no es necesario

El mercado laboral no necesita un salario mínimo, sino más libertad.
 
  España tiene un mercado laboral muy rígido. Este mercado presenta una dificultad notable para incentivar la contratación de trabajadores. Afecta esto tanto a las PYMES, que no pueden soportar el incremento de los costes, como a los trabajadores, en especial aquellos que carecen de experiencia o aquellos desempleados de avanzada edad.
  Es necesario, pues, aumentar la libertad del mercado laboral, generando así un incremento de las oportunidades. Lógicamente los esfuerzos deben ir enfocados también a la facilidad de creación de empresas , que son al fin y al cabo las generadoras de empleo y riqueza. Además se debe favorecer el crecimiento de las PYMES para que se conviertan en empresas de mayor dimensión, facilitando de esta manera la posibilidad de incrementar los salarios.

viernes, 1 de julio de 2016

Podemos está predestinado al fracaso

Las pasadas elecciones del 26J no produjeron el famoso sorpasso que muchos vaticinaban. El resultado ha sido que Podemos no ha conseguido sobrepasar a un PSOE que ha presentado el peor resultado de su historia.
Por otro lado el PP se consolida en el primer puesto con una mejora de escaños  y Ciudadanos ha perdido algunos respecto a los anteriores comicios.



El resultado de Podemos era de esperar 

 

 

Podemos se mostró en sus inicios  al electorado, como un partido transversal que era difícil situar en el espectro político tradicional y cuyo objetivo era la defensa de "la gente". La idea en un pricipio puede tener ciertas ventajas. No posicionandose de manera clara podían conseguir recoger el mayor número de votos de aquellas personas, tanto simpatizantes del PP como del PSOE, que estaban indignadas con la actuación de estos partidos tradicionales  que habían sido protagonistas de las mayores corruptelas de este país.
Después procuraron darnos la imagen de partido socialdemócrata cuyos países de referencia eran los  nórdicos. Pero ni el programa que  redactaron para las elecciones ni la actitud de ninguno de ellos representaba ni de lejos los valores que defiende una socialdemocracia nórdica.
El mayor despropósito vino cuando mientras defendían todo lo dicho anteriormente, pactaban coaligarse con Izquierda Unida, partido que ni mucho menos busca como fin último instaurar un estado socialdemócrata, sino uno comunista. Este fue el momento exacto en el que se les cayó la "máscara" de la socialdemocracia para mostrar su verdadero "rostro", el comunista. Aunque muchos ya veniamos advirtiendo lo que Podemos representaba ideológicamente, muchos han necesitado ver esta unión de partidos para darse de bruces con la realidad. De ahí que buena parte de los que le apoyaron en el pasado, dejaran de hacerlo ahora.




Los simpatizantes de Podemos, en general, son malos perdedores 


Los resultados, por supuesto, no han sido los esperados en la cúpula del partido. Las encuestas pronosticaban un resultado que posicionaría a Podemos como segunda fuerza política en España. Al final no ha sido así y permanecen, eso si, en una tercera posición no muy alejada del PSOE. 
La respuesta de los simpatizantes de Podemos no se ha hecho esperar y han mostrado una actitud infantil y de poca autocrítica. Primero cargaron su odio hacia el electorado del PP y más concretamente hacia la población más envejecida. Han proferido a través de las redes sociales insultos hacia estos que no voy a poner aquí, pero que son fiel reflejo de la poca educación y moral de algunos de los simpatizantes que se autodenominaban defensores de "la gente". Hasta aquellos que dan su apoyo a Podemos han sentido vergüenza de tal actitud.
Muchos han defendido la necesidad de limitar la edad para realizar el derecho al voto, argumentando que las personas de edad avanzada no pueden decidir sobre el futuro de las generaciones más jóvenes. No hace falta decir que este tipo de medidas son absurdas.
No siendo suficiente todo lo dicho hasta ahora, también se han encargado de expandir la idea de un posible pucherazo electoral que ha favorecido al PP en detrimento de Podemos, pero que ha sido incluso descartado por Pablo Iglesias. La conclusión es que son malos perdedores.



Un hipotético gobierno de Podemos está predestinado al fracaso 

 
Los resultados de estas elecciones parece que darán el poder al PP -si encuentra apoyos- o sino se tendrán que producir unas terceras elecciones, que en mi opinión le darían mas escaños.
Pero vamos a suponer que Podemos consiguiera en algún momento formar gobierno. Este gobierno estaría predestinado al fracaso. Es así, porque el conjunto de simpatizantes que tienen es muy diverso, siendo difícil contentar a todos. Si lleva a cabo políticas comunistas y que son los valores que realmente respresentan, dejarían de apoyarles mucha gente que sin defender el ideario comunista, les habían otorgado su apoyo en respuesta al descontento e indignación hacia los partidos tradicionales. Si no llevan a cabo politicas comunistas, realmente se habrán convertido en un partido más, cercano a los dos grandes partidos españoles - PP y PSOE-, por lo que el cambio que prometían no sería tal y dejarían de lado a aquellos comunistas que les apoyaron.
No se puede ser socialdemócrata y comunista a la vez, es por ello que Podemos ha perdido tantos apoyos estas elecciones.