martes, 21 de noviembre de 2017

Barcelona se queda sin la Agencia del Medicamento


 
Ya se ha sabido cual es la ciudad que albergará la Agencia Europea del Medicamento. La afortunada ha sido Amsterdam, donde se trasladará la sede de dicha agencia y con ello todo el empleo y la riqueza que se crearan en torno a ella.

La triste noticia es que Barcelona, gran favorita para acoger dicha sede, fue eliminada a las primeras de cambio. Ha sido eliminada ante la inestabilidad institucional y jurídica que se ha fraguado como consecuencia del procés independentista. Es tal la incertidumbre que se cierne sobre Cataluña, que la posibilidad de atraer grandes inversiones de largo plazo se desvanece. Y lo preocupante de esta situación es la actitud de los independentistas. Parece que les da igual no tener esta sede - incluso muchos no querían que se instalase aquí-.  Les da igual que se creasen casi 1000 empleos directos y otros 4000 o 5000 indirectos. Les da igual que se generara un turismo de alto nivel. Les da igual que la riqueza general aumentara. Les da igual la gente, solo luchan por una bandera inconstitucional, por unos ideales nacionalistas que cercenan la libertad individual. No les importa las consecuencias. Esto es lo verdaderamente triste.

Ante estos hechos, los independentistas no hacen más que suavizar los efectos que están teniendo lugar tras llevar a cabo su DUI. Es una irresponsabilidad pensar que todo esto no tiene efectos muy negativos. El problema no es solo las empresas que se van de Cataluña, sino las empresas que no quieren instalarse en esa comunidad autónoma. Lo que ha ocurrido con la Agencia del Medicamento es un fiel reflejo de lo que piensan en otras empresas que dudan si invertir aquí. La estabilidad social, económica, jurídica e institucional son básicas para atraer empresas y por desgracia España ha dado una imagen de cierta inestabilidad. Parece mentira que no se den cuenta que la riqueza de la gente no se logra a base de subvenciones y promesas de gasto público, sino que se logra atrayendo inversión y dando libertad para que estas empresas den el máximo de rendimiento. Y en una comunidad que soporta un paro del 12,5% aproximádamente, no se puede permitir dejar pasar la oportunidad de crear empleo de la calidad que iba a generar la Agencia del Medicamento.

Solo me queda decir que Barcelona, Cataluña y España están siendo -o han sido- gobernadas por políticos irresponsables. La ambigüedad, el autoritarismo y la parsimonia a la hora de actuar, han sido las cualidades que han caracterizado a estos políticos, generando un clima de inestabilidad e incertidumbre.

viernes, 17 de noviembre de 2017

El error que cometemos los liberales

Entré en la universidad siendo un completo ignorante en lo que a ideología política o escuela de pensamiento económico y filosófico se refiere. De repente un día de casualidad escuché a un economista debatiendo en televisión sobre impuestos, gasto público, etc. Realmente estaba  de acuerdo con todo lo que decía: bajada de gasto público, bajada de impuestos, apertura económica, más libertad individual, etc. Ese economista resultó ser Daniel Lacalle. A partir de ahí mi curiosidad se abrió paso y empecé a conocer los artículos y obras de Juan Ramón Rallo, Jesús Huerta de Soto, Hayek,... e incluso una escuela de pensamiento económico con el que me sentiría totalmente identificicado, la escuela austriaca. La escuela austriaca de economía sería la escuela con la que yo simpatizaría desde entonces.

Mis andanzas por Twitter me mostraron que los liberales llenábamos más de un autobús en España y que poco a poco íbamos siendo más. Pero también me mostró que entre nosotros mismos nos atacamos. Tenemos etiquetas para diferenciarnos unos  de otros y demostrar quien es el más liberal  de todos y todo aquel que no cumpla los "requisitos mínimos del liberalismo" se le tacha de no-liberal. Para algunos anarcocapitalistas, un minarquista ya no puede formar parte del movimiento hacia la libertad, ya es un intervencionista o un tibio socialdemócrata. Para un minarquista un anarcocapitalista es un utópico que no es capaz de ser realista. Este es nuestro error, aislar a todo aquel que no sea un liberal puro - según lo que entiende uno y otro por liberal-. Si no tuvieramos suficiente con la dificultad de hacer frente al pensamiento único socialista colectivista, encima nos ponemos obstáculos entre nosotros. Una rémora más para lograr la libertad.

Creo que debemos ser más realistas y darnos cuenta de que solo hay dos caminos importantes, con la misma dirección pero con sentidos contrarios



En ese grupo que busca un mayor intervencionismo, mayor peso del estado, etc, están comprendidos un gran número de  ideologías que nos conducen a una mayor opresión: socialistas, socialdemócratas, comunistas, ecologistas,... Todos pueden tener discrepancias entre ellos pero a la hora de la verdad, cuando está en juego decidir  aumentar más el intervencionismo estatal, aparcan sus diferencias a un lado y logran ganar un aumento del gasto público de 1% o aumentos de impuestos de un 2%, por ejemplo. Es notorio como año tras año están logrando ese objetivo. Nos comen terreno porque se unen para lo importante. Esto es lo que nos falta a nosotros, unirnos los anarcocapitalistas, minarquistas y otros grupos que aunque no sean perfectamente liberales pueden coincidir más con nosotros que con los otros.  Logremos arrebatarles ese poder y conquistemos la libertad aunque sea para lograr una reducción de impuestos del 1% o para lograr más libertad social. Ya llegará el momento de discutir más seriamente si es mejor aplicar un anarcocapitalismo o un estado mínimo o ultramínimo. Y sinceramente, estamos tan lejos de lograr un estado mínimo que yo ahora mismo ni me planteo un anarcocapitalismo. Logremos lo primero y discutamos la viabilidad de lo segundo, pero siempre con el objetivo de lograr más libertad.