viernes, 24 de abril de 2015

Diagrama de Nolan




                                                     
El diagrama de Nolan que se muestra representa como quedaría distribuida la ideología política teniendo en cuenta el grado de libertad económica y personal que se cree idónea para establecerse como sistema social de convivencia.

Es en mi opinión una representación que se ajusta muy bien a la clasificación de partidos políticos teniendo en cuenta sus programas electorales y sus acciones políticas. Es tradicional clasificarse políticamente como de izquierda o de derechas situando el grueso de partidos entre ambas opciones. Es por eso que se puede errar en la clasificación ideológica al solo tener en cuenta esas posiciones, siendo mas correcto añadir- como realiza el diagrama- dos vértices más, el liberalismo y el totalitarismo que junto a la categoría central, completan el rombo sobre los distintos pensamientos políticos.


El liberalismo no es de derechas

Y es interesante que se tenga en cuenta este diagrama en los debates económicos, sociales y políticos para que no se cometan los errores de calificar cierto pensamiento en un lugar que no le corresponde. El caso mas claro en el cual se comete dicho error es cuando se posiciona al liberalismo como de derechas cuando se defiende la libertad económica, obviando el factor personal, cuya libertad defiende en su totalidad y que al no tenerse en cuenta hace que la gente relacione el liberalismo con políticas que están tomando los partidos que han ido gobernando España, que podrían clasificarse básicamente como conservadoras. Y es un error clasificarlo así porque al utilizar solo la variable económica para posicionar el liberalismo, se omite la otra variable, la social.  De esa misma manera se podría utilizar la variable social y obviar la económica y de esta forma situar al liberalismo como de izquierda o progresista cuando en realidad no son ni uno ni otro.

 Con todo lo dicho  la ideología liberal es la única que establece libertad absoluta tanto de carácter económico como social, situándose en contraposición directa al totalitarismo cuya ideología cercena ambas variables y posicionándose de manera antagónica al resto de ideologías según cercenen solo una de las variables. Por ello tachar las políticas actuales como liberales y además añadiendo un carácter peyorativo a la definición, es sin duda alguna una desviación de la realidad y de lo que representa y defiende el liberalismo, liberalismo que no está presente en la mayoría de programas electorales.

Como conclusión destacar la importancia de difundir y enseñar lo que el liberalismo realmente defiende para que la gente no genere una imagen distorsionada. Es importante que la gente defienda y argumente su posición política sea cual sea, pues esa libertad es incuestionable, pero es necesario difundir lo que cada posición política reivindica y mas concretamente para la posición liberal, porque en mi opinión es la que más se ve dañada por la continua equivocación que cometen ciertas personas para valorarlo.



martes, 7 de abril de 2015

El Estado y los impuestos

Vivimos en una sociedad dirigida y organizada por un ente superior al que no se le cuestiona y cuyo mantenimiento parece ser imprescindible. Estoy hablando del Estado y todo el conglomerado de instituciones que lo conforman y que han pretendido que represente el mecanismo de justicia, redistribución, etc que consiga el desarrollo social y económico de los ciudadanos. Un mecanismo que como he dicho antes no se cuestiona y que esta involucrado en la mayoría de acciones y relaciones que llevan a cabo los individuos.


 Hay muchas ideologías que tratan sobre cuanto debe de estar involucrado o no el Estado en la sociedad, y cual debe de ser el tamaño de su intervencionismo, tenemos por ejemplo aquellos que abogan por una mayor intervención representados por corrientes ideológicas como  el comunismo, o aquellos que sienten la necesidad de reducir el tamaño del Estado a su mínima expresión , representados por la corriente liberal. Del tamaño del Estado - además de otros factores- dependerá que los impuestos sean más o menos altos según los Estados dirijan más o menos nuestra sociedad.


Los impuestos son pues un instrumento por el cual el Estado de manera coactiva adquiere parte de la riqueza de los ciudadanos para mantener su tamaño y gestionar nuestras vidas imponiéndonos que sanidad o educación por ejemplo debemos utilizar. Este hecho se produce con la argumentación de que una sociedad en la que el reparto, organización y gestión de nuestra riqueza, no puede ser llevado a cabo por el libre  mercado y las relaciones entre individuos, alegando la existencia de "fallos del mercado" que impiden el desarrollo correcto de la sociedad. Parece curioso que se repita por activa y por pasiva que existen "fallos de mercado", pero que no se cuestionen los "fallos del Estado" que sin duda alguna la historia ha demostrado que se producen y que afectan de manera significativa en la consecución de una sociedad mas próspera. Es entonces a mi entender una irracionalidad la exigencia de dar nuestra riqueza a un ente que se cree capaz -y no lo es- de gestionarla, en vez de que sean los ciudadanos quienes decidan de que manera van a gestionar su patrimonio.


Hemos llegado a un punto en el que la mayoría de la sociedad no puede imaginar la posibilidad de que sean ellos quienes decidan libremente a que destinar su riqueza, por lo que se ve correcto la exigencia de impuestos y no solo eso, sino la exigencia de mayores impuestos para aquellos quienes ganan más. Tener por ejemplo  un tipo marginal del IRPF sobre el 50% es directamente robar la riqueza de un individuo. Exigir impuestos sobre los dividendos que reparten las empresas cuando son parte de los beneficios de estas y ya han sido gravados por el impuesto de sociedades, produciéndose así una doble imposición, es sin duda alguna una absoluta injusticia. Gravar con el impuesto de sucesiones y donaciones la transmisión de patrimonio es un expolio cuando el hecho imponible no es otra cosa que la transmisión de la riqueza de un individuo a otro, y es así porque no es razonable que las herencias se graven cuando ya han sido gravadas anteriormente o que el simple hecho de que se done cierto patrimonio, suponga el pago de una cuota impositiva. Eso es robar.


Y después de que se produzca el pago del impuesto, nos encontramos con que el Estado no es tan buen gestor ni redistribuidor de la riqueza como nos quieren hacer pensar, con lo que al final del proceso nos encontramos con una disminución absoluta de la riqueza de los individuos, que son quienes soportan la discrecionalidad del Estado y su nefasta gestión despilfarrando nuestro dinero. Entonces cabe pensar que los impuestos no tienen la función de  mantener el Estado de Bienestar, sino de mantener el Bienestar del Estado.