sábado, 1 de noviembre de 2014

Empleo : políticas pasivas vs políticas activas




Desde 2008 se han  destruido millones de puestos de trabajo hasta  ahora, que se está empezando a crear empleo neto. Cierto es, que el mayor ritmo al que se destruyó trabajo no es equiparable al menor ritmo de creación de empleo, lo que nos indica que el mercado laboral español tiene rigideces sobre todo en el aumento del empleo, aunque se han suavizado con la Reforma laboral de 2012.

El hecho es que la reforma laboral no ha supuesto tampoco el punto de inflexión que necesitaba el mercado de trabajo para empezar ha consolidar los cimientos de la creación de empleo, y la devaluación salarial empezó a producirse tarde, es decir, que entre el retardo producido por la observación de la crisis y el hecho de que cuando se tuvieron que tomar políticas correctas para contrarrestar el shock de demanda ,el gobierno no las hizo. Todo lo anterior produjo un desequilibrio en el que el mercado laboral no se corrigió mediante la devaluación de los salarios reales, sino que se hizo mediante volumen, en este caso, mediante el despido de trabajadores. La devaluación salarial al final si se produjo y es lo que consiguió frenar el aumento de desempleados.

La situación descrita produjo que los estabilizadores automáticos -transferencias por desempleo- de la economía empezaran a consumir el presupuesto para llevar a cabo mas políticas activas, como formación ha desempleados para evitar las obsolescencia de cualificación, o por ejemplo la utilización de empresas que ayuden y aconsejen en la búsqueda activa de empleo. Y es que desde el momento en que las transferencias a desempleados se producen, esto puede provocar incentivos a reducir la búsqueda de empleo por parte del receptor de dichas ayudas si esas transferencias se vuelven demasiado generosas , si se prolongan demasiado en el tiempo o ambas.

Y estos incentivos son muy nocivos en la economía y la sociedad porque crean brechas mas difíciles de cerrar. Puede generar una mayor tasa de desempleados de larga duración que produzcan obsolescencia de cualificación, o también que produzca en el desempleado un efecto desánimo que les hagan salir de la población activa. Por ello hay que intensificar la puesta en marcha de políticas activas y reducir las políticas pasivas, porque en el corto plazo si es cierto que las políticas pasivas son necesarias y ayudan para reinsertar al desempleado, pero el exceso de ellas lastra el crecimiento económico al solo crear gasto improductivo.

Ahora están aflorando empresas que ayudan al desempleado en la búsqueda activa de empleo, pero los precio de este servicio puede parecer exagerado para un desempleado con cargos familiares, es por ello que incentivar  la creación de mas empresas que consiga mayor eficiencia y reducción del precio de ese servicio, puede ampliar su demanda y generar una reducción del tiempo que se produce desde que el ciudadano pierde su trabajo hasta que lo vuelve a conseguir. Se podría crear un sistema de pago para la utilización de estos servicios por el cual no se procede a este hasta que no se empiece a conseguir una remuneración por el nuevo trabajo conseguido

Para concluir, decir que es un tremendo error intensificar el uso de políticas pasivas que crean incentivos negativos  y también es una equivocación el uso de unos presupuestos de política activa ineficientes destinado a cursos de formación de desempleados que al finalizarlos no  consiguen nada, es mas, en España el uso de estos cursos no han sido rentables y por los datos que se han ofrecido en prensa, 8 de cada 10 no consiguen empleo después de la realización de esos cursos y de los 2 restantes solo uno consigue trabajo por la realización del curso. Esto demuestra que lo importante no es cuanto gastar, sino como y donde gastar.


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