sábado, 3 de enero de 2015

Adam Smith y la libertad



Adam Smith fue un economista y filósofo que difundió los ideales liberales y  la idea de que el Estado debería de involucrarse lo mínimo en la sociedad y la economía. Escribió grandes obras, pero la que le dio el mayor reconocimiento fue por una obra publicada en 1776 llamada "La Riqueza De Las Naciones".

Esta obra da comienzo a la "economía moderna", y aunque en el libro se habla de muchos temas, le da importancia al comercio y a la libertad. El era un defensor del libre comercio y de las ventajas que se obtenían de comerciar con los países, procurando cercenar el poder de los que él llamó "los mercantilistas" y su poder de monopolio mercantilista, poder que estaba respaldado por el Estado y sus políticas coercitivas. Pero en el tema del comercio Adam Smith comete un error al postular que los países comercian con aquellos bienes en los que poseen ventajas absolutas, es decir, se especializan en todos aquellos bienes en los que sus requerimientos de trabajo son menores respecto a otro país. Esta idea errónea fue solventada por otro economista, David Ricardo, que al siglo siguiente demostró que los países deben comerciar con aquellos bienes en los que tienen ventaja comparativa, por lo que es mejor especializarse y trasladar todos los factores productivos en aquellos bienes en los que se tengan ventaja relativa.

También es conocida una expresión que todos los que han estudiado economía han oído alguna vez, y es "la mano invisible". Es curioso que esta expresión se halla convertido en tan famosa porque en su obra "La Riqueza de las Naciones" que consta de 5 partes, solo aparece nombrada una sola vez. Esta mano invisible, decía Adam Smith que era la que llevaba a la economía a un equilibrio, de manera que el mercado en estado libre se autorregulaba, por lo que la actuación del Estado debería de ser mínima y lo menos intervencionista posible. En su obra explica que es un completo error subsidiar de manera obligatoria a empresas que no son competitivas a costa de aumentar los impuestos al ciudadano, de tal manera que se mantienen empresas e industrias que no son competitivas y que no son eficientes -y que no lo van a ser- por que el hecho de subsidiar dichas empresas crean incentivos a que no se invierta en tecnología, investigación,etc con lo que crean economías insostenibles y no rentables, repercutiendo en el ciudadano, quien no se beneficia al crearse monopolios que impiden la entrada libre a cualquier industria de empresas mas competitivas y mas eficientes que son capaces de producir y vender mas barato.

Creo que en los tiempos actuales sería importante volver a leer sus obras porque se han dejado en el olvido ideas primordiales, por ejemplo la libertad de los individuos y que los Estados deben dejar que las personas de manera libre puedan crear pactos contractuales sin que esté un ente superior dirigiendo la sociedad y la economía como si dispusiera de toda la información posible como para ser justo en sus decisiones, decisiones que coartan las libertades y genera destrucción de riqueza. Sorprende oír pues, que los ciudadanos sigan sin defender la libertad.

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